1 de Mayo: Ahora más que nunca, orgullo de clase trabajadora
Este
 1º de Mayo será, sin duda, una jornada de reivindicación atípica para 
la clase trabajadora. En el contexto de una crisis global a causa de la 
pandemia del COVID-19, los trabajadores y trabajadoras nos enfrentamos 
este año a una situación límite. No es que antes fuera bien, pero ahora 
se pone a prueba nuestra capacidad, no solo de resistir a la adversidad,
 sino de combatirla, demostrando además cuán fundamental es la actividad
 sindical que desarrollamos en esta sociedad.
Esta nueva crisis no
 ha hecho sino evidenciar quién es la primera en verse perjudicada 
directamente cuando las cosas se tuercen: la clase trabajadora. En 
especial, las trabajadoras y trabajadores en situación de precariedad, 
temporalidad y de extrema vulnerabilidad. Lo aparentemente 
contradictorio es que son estas mismas personas precisamente quienes 
están sacando la situación adelante, mediante su imprescindible 
actividad. En estos momentos, es muy necesario reconocer y valorar la 
labor de las y los profesionales de la Sanidad, lidiando con el virus 
desde la primera línea, pero también hay que hacer lo propio con el 
trabajo de sectores habitualmente invisibilizados, como el transporte, 
la agroalimentación, la limpieza, etc. Sectores estos que se han 
demostrado esenciales, y sin los cuales ni tan siquiera la propia 
actividad sanitaria sería capaz de desarrollar su labor.
Este 
nuevo escenario vuelve a confirmar la existencia de una estructura de 
clases sociales, que es la que sostiene al propio sistema económico, y 
constata –más aún si cabe- que sin nosotras y nosotros, sin la clase 
trabajadora, esta sociedad no sería capaz de avanzar. Como siempre se ha
 reivindicado desde la CNT, la necesidad del fortalecimiento y la 
defensa de los servicios públicos es una de las conclusiones que debemos
 extraer, con la mirada puesta en el futuro, ya que se han probado 
vitales para paliar los efectos de esta pandemia y para proteger a las 
personas más afectadas, que, como siempre, son las más humildes dentro 
de la clase trabajadora. Es aquí donde pueden apreciarse las 
consecuencias genocidas que han ocasionado las tesis neoliberales y la 
globalización, evidenciando una vez más ante el conjunto de la sociedad 
que el capitalismo es en realidad un sistema que prima los beneficios 
económicos antes que las vidas humanas y el propio planeta.
Junto a
 la desprotección absoluta en la que se ha encontrado la clase 
trabajadora, también ha podido comprobarse el papel de los sindicatos 
–mal llamados– mayoritarios. Sus cúpulas dirigentes han aceptado el 
conjunto de las medidas laborales y económicas aprobadas por el Gobierno
 sin la más mínima crítica, incluso consensuando las propuestas con la 
misma patronal. Una vez más, la clase trabajadora se ha visto 
traicionada por su incapacidad, mientras observa atónita cómo aceptan 
que cientos de miles de trabajadoras/es vuelvan a sus puestos de trabajo
 considerados no esenciales para sucumbir a los intereses de la patronal
 de las grandes industrias y de la construcción.
Las escasas 
medidas sociales y laborales adoptadas por este gobierno pretendidamente
 socialdemócrata se han implementado tarde y han resultado ser 
totalmente insuficientes. Se ha permitido que las empresas se deshagan 
de miles y miles de personas trabajadoras con contratos temporales 
durante las primeras semanas; aún no se ha implementado una Renta Básica
 con garantías suficientes; la desprotección absoluta de las personas 
migrantes; la situación de quienes trabajan como falsas/os autónomas/os;
 etc. Se desconoce el alcance que podría tener esta pandemia a escala 
mundial; no obstante, CNT siempre estará enfrente de quienes pretendan 
utilizar dicho pretexto para limitar los derechos fundamentales o 
implantar medidas injustificadas que supongan un recorte de las 
libertades más básicas que la clase trabajadora ha conseguido a base de 
lucha social durante décadas.
Este año la lucha debe seguir en las
 calles y en los centros de trabajo, con más argumentos si cabe, puesto 
que se espera una cruenta ofensiva de las élites económicas y de la 
patronal en el ámbito internacional, que va a intentar acometer por 
todos los medios una sangría de despidos y recortes de los derechos 
básicos que tanto han costado conquistar. Se trata de una crisis global 
con una clase trabajadora que, independientemente de su procedencia, 
siempre es la que sufre en primera instancia las consecuencias, pese a 
que también es el cimiento sobre el que funciona todo gracias a su 
fuerza de trabajo y su capacidad autoorganizativa. Hemos presenciado 
cómo las trabajadoras y trabajadores están siendo los elementos 
fundamentales que están posibilitando seguir adelante, dando todo lo 
posible, arriesgando hasta su propia vida para proporcionar todo lo 
necesario: sanidad, cuidados, higiene, alimentos, productos básicos, 
medicamentos, enseñanza e información. Hemos visto cómo la solidaridad y
 el apoyo mutuo han dejado de ser simples palabras para convertirse en 
hechos que facilitan la vida en muchos barrios y pueblos de todo el 
territorio, tejiendo redes desde la base para ayudar y conocer a 
nuestras vecinas y vecinos. Redes solidarias que, en algunos casos, 
consiguen incluso sobrepasar la capacidad del propio Estado, vista su 
incapacidad de abordar la situación. Se ha demostrado, una vez más, que 
solo el pueblo es capaz de salvar al pueblo.
Desde CNT, sentimos 
verdadero orgullo de ser un sindicato de clase, de seguir asesorando y 
ayudando a miles de personas antes y durante la emergencia del COVID-19,
 evitando los abusos empresariales y consiguiendo victorias que blindan 
los derechos de la clase trabajadora; orgullo de continuar trabajando 
para conseguir un mundo más justo e igualitario.
Estamos ante un 
1º de Mayo singular pero, aunque no podamos encontrarnos en las calles, 
ahora más que nunca seguiremos con nuestras reivindicaciones. Porque, 
ahora más que nunca, es necesario retomar el sentimiento de pertenencia a
 la clase trabajadora, de satisfacción por los logros y capacidades 
propias para ser plenamente conscientes de que la clase trabajadora, 
unida y organizada, lo puede todo.
Ahora más que nunca, orgullo de clase trabajadora.
Ahora más que nunca #CuentaConCNT.