Los sindicatos de la CNT tenemos el 
compromiso de hacer frente a los graves y continuos ataques del sistema 
capitalista. Es nuestra obligación como herramientas de lucha de los 
trabajadores unir fuerzas para poner freno y luchar contra la pérdida de
 derechos laborales y sociales, y responder al empeoramiento de las 
condiciones de vida de la clase obrera.
Aquí y ahora, expresamos de forma clara nuestros planteamientos:
En relación a las instituciones antiobreras
Manifestamos que ni la clase política ni
 sus partidos solucionarán los problemas de los trabajadores, ya que 
sólo son unos títeres corruptos al servicio de la banca y las grandes 
empresas. Los trabajadores debemos volver a luchar, como hemos hecho 
siempre que hemos pretendido alcanzar respeto, mejoras de vida y 
derechos para nuestra clase social. El camino es la lucha (sectorial, 
social, en los barrios, en los pueblos...). Hay que poner en marcha una 
de nuestras mejores herramientas de respuesta, la huelga general real, y
 no repetir escenificaciones de cara a la galería para cubrir el 
expediente.
Nos oponemos a todas las directrices 
económicas, políticas y sociales emanadas del FMI, la Troika y la Unión 
Europea, que hacen pagar a los trabajadores las consecuencias de la 
crisis que el sistema económico y financiero ha provocado. Los gobiernos
 y parlamentos nacionales se escudan en las altas instituciones 
internacionales para imponer todo tipo de medidas antiobreras y 
represivas, eludiendo así su responsabilidad directa. Sus "soluciones" 
se aplican a costa de nuestra explotación y sufrimiento, condenándonos a
 nosotros y a nuestros hijos a un futuro incierto, negro e injusto, 
mientras aseguran el de las élites políticas y financieras. Están 
robando la riqueza que generamos los trabajadores en el presente y su 
avaricia es de tal magnitud que han endeudado y condenan a las 
generaciones futuras a condiciones de vida contra las que debemos 
rebelarnos.
Rechazamos las estructuras militares al 
servicio del capital y los estados, que enfrentan y dividen a los 
pueblos para mantener el control sobre la materia prima y los recursos 
energéticos, en sus guerras por la hegemonía económica, sin importarles 
lo más mínimo la barbarie y el dolor que provocan.
Denunciamos los privilegios económicos, 
fiscales, laborales o de estamento social de la Iglesia Católica y el 
resto de confesiones, la clase política, la monarquía y los militares.
En relación a la organización de los trabajadores para la lucha
Expresamos nuestro respeto y 
reconocimiento a los trabajadores afiliados a CCOO y UGT que aún 
conservan su conciencia de clase; es decir, a sus bases. Pero a pesar de
 ser este un manifiesto que llama a los trabajadores a hacer frente 
común en la lucha, no por ello vamos a dejar de decir bien alto y bien 
claro que mostramos nuestro rechazo y repulsa a los pactos que, a 
espaldas de los trabajadores y sus intereses, firman y negocian las 
cúpulas dirigentes de CCOO y UGT. También condenamos sus prácticas 
traicioneras y desmovilizadoras, que pretenden controlar o acabar con 
otras luchas sociales y sindicales legítimas y autónomas.
Denunciamos la trayectoria de CCOO y 
UGT, que demuestra sin ningún género de dudas que actúan como 
instrumentos del sistema, movidos por sus propios intereses: 
subvenciones, favoritismo, clientelismo... y un sinfín de actuaciones 
que nada tienen que ver con la defensa de los derechos de los 
trabajadores. Se han convertido hace tiempo en cómplices necesarios y 
gestores del sistema a la hora de controlar, vender y utilizar a la 
clase obrera, arrogándose su representación, legitimados por los 
gobiernos y la patronal como interlocutores "legales y democráticos" 
para permitir al capital expoliar al pueblo y desmontar las conquistas 
obreras que tanto les costó alcanzar a los trabajadores que nos 
precedieron.
La historia reciente, desde los Pactos 
de la Moncloa, nos demuestra que la participación en el modelo sindical 
oficial basado en la delegación del poder y la responsabilidad de los 
trabajadores en representantes a través de elecciones sindicales sólo 
debilita a la clase obrera. Los cauces establecidos del sistema de 
representación unitaria en los comités de empresa se convierten en una 
escenificación controlada que imposibilita la acción sindical, que solo 
puede ser real si parte de los propios trabajadores.
La CNT afirma que sólo puede ser 
calificada como sindicato una organización obrera autónoma; es decir, 
sostenida económicamente y gestionada por los propios trabajadores. Sólo
 un sindicalismo de clase sin injerencias políticas ni corporativismos 
puede proporcionar una unidad de acción y una respuesta global con 
capacidad transformadora.
Apoyo a las luchas sociales, desde el respeto y el reconocimiento a quienes las protagonizan
Desde CNT hacemos un llamamiento a todas
 las personas de clase trabajadora, en activo, parados, precarios, 
jubilados, inmigrantes, estudiantes, desahuciados, etc, en definitiva, a
 todas las personas que sufrimos las injustas consecuencias del 
capitalismo, a enfrentarse a aquellos que nos oprimen.
Es necesario que todos hagamos un 
esfuerzo de solidaridad sumándonos a los actos de protesta que se 
sucederán en todo el estado durante los próximos meses en defensa de la 
educación, la sanidad, las pensiones, el derecho al aborto, y en 
definitiva de nuestra libertad y nuestras condiciones de vida. Paremos 
el expolio de nuestros derechos y acabemos con sus privilegios.
En la lucha es donde debemos 
encontrarnos todos para responder como clase obrera a los graves ataques
 del capitalismo. Es el momento de confluir en las calles para entre 
todos fortalecer las luchas y así de una vez por todas hacerles ver al 
Capital y al Estado que no les va a ser sencillo seguir arrebatándonos 
derechos sociales y laborales.
Por el resurgir de la conciencia de clase
Los sindicatos de la CNT nos oponemos y 
denunciamos todas las injustas medidas que este sistema social nos 
impone, pero somos conscientes de que, a día de hoy, como organización 
no podemos enfrentarlas solos y sin apoyos. Nuestras causas de lucha son
 las de nuestra clase social. Tan solo la clase trabajadora unida podrá 
defender y conservar todo aquello que nos es necesario y común. La 
guerra de clases nunca ha desaparecido: debemos defendernos y pasar al 
contraataque. Las personas que conformamos la CNT estamos dispuestas y 
en lucha, pero necesitamos de nuestros hermanos y hermanas de clase que 
deis un paso al frente y que vuestra responsabilidad individual se 
convierta en confrontación colectiva.
¡Que se alce la protesta y se extienda la revuelta!



