Somos aquella generación que no ha votado la Constitución y que hoy
ve como la misma está destruyendo nuestro futuro. Somos esa generación
que estamos viendo como todos aquellos derechos que conquistaron las
anteriores generaciones, nuestras familias, están siendo arrebatados en
favorecimiento de los intereses de una minoría, cada vez más enriquecida
a costa de nuestras vidas.
Somos aquella generación, que debido a las sucesivas reformas
laborales que han permitido la formación de contratos precarios y
temporales, está condenada a un futuro incierto, inestable y esclavizado
unas condiciones laborales que agotan cualquier proyecto de vida.
Somos aquella generación, a la que se le está robando el derecho a
recibir una educación gratuita y de calidad y que se les está
expulsando de las aulas. Una generación sometida a un sistema educativo
centrado más, en beneficios de mercado, que en el desarrollo del
estudiantes.
Somos aquella generación, víctima de unas políticas que están
destruyendo nuestro proyecto de vida, que se ve obligada a emigrar
tanto de nuestros pueblos a las ciudades como a otros países,
abandonando nuestra tierra y a nuestra gente, en búsqueda de pan,
trabajo y techo.
Somos esa generación a la que se nos niega un futuro digno, aquella
que lucha por sobrevivir cada día en una tierra sin oportunidades, sin
derecho a emanciparnos y poder construir una vida digna.
Somos la generación que estamos viendo como el derecho a un techo y
una vivienda digna están siendo arrebatados, favoreciendo los intereses
de una banca que ha sido rescatada por aquellos que han dejado de
asegurar nuestros derechos básicos, a favor de banqueros y grandes
empresarios.
Somos aquellas mujeres jóvenes a las que se nos quiere devolver al
ámbito privado, que no se nos deja ser dueñas de nuestros cuerpos y
nuestras vidas, a las que se nos asume ser objetos pasivos en la vida
pública.
Pero lo que no saben, es que también somos aquella generación que
está dispuesta a organizarse y luchar por lo que nos pertenece, un
futuro, el que nos han arrebatando con cada reforma laboral, educativa, y
social y por el que estamos dispuestas a luchar para construir un
presente y un futuro dignos para nosotros y para las siguientes
generaciones.
Por eso hacemos un llamamiento a la rebeldía y la movilización, a
luchar por nuestro futuro y recuperar la dignidad de una generación a la
que están destruyendo nuestro presente, pero sobretodo nuestro futuro.
Por ello el próximo 26 de noviembre sacaremos la dignidad a la calle y
reclamar un proyecto de vida un nuevo proyecto de sociedad que nos
permita vivir en nuestra tierra con dignidad.
¡Que se vayan ell@s!