Tal y como estaba previsto, miles de personas se concentraron la tarde del viernes en la madrileña Puerta del Sol para protestar contra la salvaje Reforma Laboral que había sido aprobada, por Decreto, horas antes en el Consejo de Ministros.
De nada iba a servir la ceremonia de confusión a la que jugó la Delegada del Gobierno, amenazando a los movimientos sociales, y en especial al 15M, para que no acudieran a la convocatoria so pena de utilizar la fuerza, puesto que el acto “no había sido comunicado”. Burda mentira, pues ella mejor que nadie, era consciente de que la concentración había sido legalizada en tiempo y forma por dos organizaciones de las que componen la Plataforma contra los Recortes: CGT y Solidaridad Obrera.
Así, ya desde bien pronto, se pudo ver que el llamamiento, que además se sumaba a la concentración de la marea violeta feminista que se había convocado en el mismo lugar, se iba a convertir en una ruidosa concentración contra el mayor ataque a los derechos de la clase trabajadora desde la instauración de la democracia parlamentaria.
Y es que no de otra forma que salvaje se puede denominar la Reforma Laboral perpetrada por el gobierno: reduce la indemnización por despido de los contratos indefinidos de 45 días por año y 42 mensualidades como máximo a 33 días por año y 24 mensualidades, amplía las causas del despido objetivo con indemnización de 20 días por año, -las empresas podrán acogerse a esta modalidad simplemente alegando que llevan tres trimestres consecutivos en situación negativa-. Se establece para las empresas de menos de 50 trabajadores una nueva modalidad de contrato indefinido que tiene un periodo de prueba de un año (durante el periodo de prueba el empresario te puede despedir sin ninguna indemnización y sin tener la necesidad de alegar ninguna causa), desregulariza el contrato a tiempo parcial (permitirán que los trabajadores a tiempo parcial puedan dar horas extras), equiparan a los buitres de las ETTs con los servicios públicos de Empleo, se da mayor poder a los empresarios para modificar las condiciones laborales, podrán cambiar la jornada laboral y aplicar la movilidad funcional, incluso entre distintas categorías profesionales, facilita que los empresarios puedan descolgarse de lo acordado en los convenios colectivos, la prórroga automática de los convenios tendrá una duración máxima de dos años, se facilitan los despidos colectivos, las empresas ya no tendrán que tener autorización de la Administración para realizar EREs, los trabajadores en paro que cobren prestaciones tendrán que realizar trabajos en beneficio de la comunidad, las mutuas patronales tendrán más poder para controlar y presionar a los trabajadores que se den de baja, se modifica el sistema de formación para el empleo, se establecen nuevas bonificaciones a la contratación para los empresarios; y como única contrapartida a toda esta batería de medidas contra los trabajadores, se prohibirá el encadenamiento indefinido de contratos temporales que recientemente había aprobado el gobierno de Zapatero.
En la concentración, la CNT estuvo presente con un nutrido bloque, formado por el sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de Madrid, Transportes y Comunicaciones, Construcción, Comarcal Sur – Villaverde (una de las organizaciones convocantes de la concentración), Aranjuez, etc, que junto a otras organizaciones sociales y sindicales se agolpó frente a la sede de la Comunidad de Madrid.
Tras cerca de una hora, buena parte de los congregados decidieron marchar espontáneamente hacia el Congreso de los Diputados, lugar donde la policía cargó de manera salvaje contra la marcha, produciendo varios heridos y, al menos, nueve detenidos.
Desde el sindicato queremos denunciar la brutalidad policial y mostrar toda nuestra solidaridad y apoyo a los detenidos, uno de los cuales es miembro de la Federación Local de Madrid de CNT. Igualmente exigimos la inmediata puesta en libertad de todos ellos.
Por último hacemos un llamamiento a extender la confrontación en los centros de trabajo y, pese a la represión policial, eguir saliendo a las calles, para denunciar la avalancha de ataques y recortes contra los derechos de la clase trabajadora.