viernes, 23 de noviembre de 2018

Este 25 de Noviembre la CNT se suma al Día Internacional contra la Violencia de Género en su denuncia de las distintas formas de violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres


http://www.cnt.es/sites/default/files/imagecache/noticia-fullsize/25nov18.jpgEste 25 de Noviembre la CNT se suma al Día Internacional contra la Violencia de Género en su denuncia de las distintas formas de violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres dentro de este sistema capitalista que lo legitima.
En el Estado español, casi mil mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, 44 de ellas en lo que llevamos de 2018. A estas cifras oficiales, hay que sumar los feminicidios y asesinatos considerados no oficiales, como son los asesinatos de mujeres a manos de violadores que no eran pareja ni expareja, asesinatos de prostitutas por parte de clientes, asesinatos de menores hijos e hijas de víctimas de violencia de género…
El asesinato es la forma más brutal de violencia de género, pero no la única. Violencia de género también son las agresiones sexuales, la revictimización judicial, la infravaloración laboral y social, el acoso sexual en el trabajo, la subordinación económica, los “piropos” callejeros, los “chistes” machistas, la publicidad sexista… todo ello son partes de un engranaje que permite y normaliza la violencia contra la mujer y limita su capacidad de defensa.
Desde la CNT consideramos que la violencia contra las mujeres es uno de los mecanismos más brutales que sirven para perpetuar la forma de control y sometimiento más antigua y arraigada en la humanidad: el patriarcado. Este 25 de noviembre denunciamos que el machismo sigue instalado en la raíz de la sociedad y que los derechos de las mujeres siguen sin ser respetados en sus aspectos más básicos. Denunciamos también que, en muchos casos, la defensa del feminismo por parte de partidos e instituciones se queda en meras poses estéticas o declaraciones de intenciones que no tienen consecuencias en las vidas de las mujeres.
Denunciamos que una de las principales razones para caer en la pobreza es ser mujer. El 60% de las personas que pasan hambre en el mundo de forma crónica son mujeres y niñas. Ellas constituyen dos terceras partes de los casi 800 millones de analfabetos y poseen menos de un 20% de la tierra cultivable, a pesar de que más de 400 millones de agricultoras producen la mayoría de los alimentos que se consumen en el mundo.
Denunciamos el uso de nuestros cuerpos en los conflictos bélicos como territorio de batalla, la situación de las mujeres que huyen, y de las que se quedan, violadas, asesinadas, degradadas hasta el extremo, en ciudades devastadas por estados terroristas, intereses geo-económicos y señores de la guerra. Nos situamos al lado de todas las mujeres migrantes, arrojadas a tareas mal pagadas y definidas como nuevas clases de servidumbre.
Los recortes en protección y atención a víctimas de violencia de género han sido una constante, la escasez de medidas de igualdad en los convenios colectivos y de planes de igualdad en las empresas, la falta de medidas reales y efectivas en los ya escasos planes de igualdad existentes, la falta de seguimiento de los protocolos anti-acoso por las empresas en los escasos supuestos en que existen, ... La lucha contra la discriminación laboral directa o indirecta de las mujeres rara vez se tiene en cuenta en la negociación colectiva y jamás es una prioridad. A ello hay que sumar los nuevos intentos de la derecha y la extrema derecha de capitalizar el voto machista realizando ataques frontales a las mujeres tales como volver a considerar delito el aborto o derogar la ley integral contra la violencia de género.
Ante ello, desde la CNT, como organización feminista, reiteramos lo que manifestamos el pasado 8 de marzo: que confiamos en la organización y el apoyo mutuo como herramienta para plantar cara, juntas, a un sistema patriarcal que nos oprime y nos explota, nos humilla y discrimina, nos niega y nos mata por el mero hecho de ser mujeres y animamos a nuestra afiliación a participar en las distintas movilizaciones que el movimiento feminista está convocando por todo el estado.

martes, 20 de noviembre de 2018

La ignominia del Valle de los Caídos ha de desaparecer

La CNT sabe lo que quiere en relación con la Memoria Histórica, y sabe lo que exige en relación al Valle de los Caídos. En abril de 2019 una marcha llegará hasta allí para dejar patentes esas exigencias.
Pero en el camino hasta ese día, nos adherimos a la convocatoria de diversos colectivos que se realiza, el día 18 de noviembre, a las 12 horas, frente a Cuelgamuros, la XIII Concentración Frente al Monumento Fascista del Valle de los Caídos Cuelgamuros
Por las víctimas, por una autèntica memoria, por la desaparición de los restos de los fascistas y de sus símbolos, por justicia, os esperamos allí.
http://www.foroporlamemoria.info/2018/11/xiii-concentracion-ante-cuelgam...
Manifiesto por la desaparición del Valle de los Caídos
La CNT hace un llamamiento a todas las organizaciones sindicales, sociales y políticas a participar en una marcha al Valle de los Caídos el sábado 20 de abril de 2019.
En el 2019 se cumplen 60 años de su construcción. Un monumento que es lugar de peregrinación fascista y culto al bando franquista.
El Valle de los Caídos fue construido entre 1940 y 1958 durante el franquismo como homenaje a los caídos en guerra del bando franquista y exaltación del Régimen. Un monumento que construyeron prisioneros antifranquistas. En él se encuentran enterrados 33.833 cuerpos de ambos bandos, aunque sabemos que la cifra oficial se queda corta.
En este “monumento” también están enterrados José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, organización fascista que tuvo a su cargo la represión sistemática contra personas pertenecientes a organizaciones sindicales, partidos de izquierdas y sus familiares, represión ampliada a las tropas sublevadas y a sus colaboradores, civiles y eclesiásticos. Y Francisco Franco, militar golpista, jefe supremo del bando sublevado y dictador durante cuatro eternas décadas.
Es inconcebible que en un país que se llama a sí mismo democrático se permita todavía rendir culto a los que acabaron con los derechos y libertades conseguidos a fuerza de años y años de lucha. Todavía más inconcebible resulta que se esté negociando con la familia del dictador el traslado de sus restos a conveniencia de esa familia que amasó su fortuna gracias al expolio y el robo durante más de 40 años de dictadura y que sigue gozando de prebendas y privilegios inimaginables en un lugar civilizado. Proponemos la solución tomada por Alemania en el caso de otros reconocidos fascistas, tirar sus cenizas en algún lugar ignoto.
Y la Iglesia, colaboradora necesaria, según la ONU, en el exterminio efectuado por el Régimen, deja claro quien es, con su invitación a servir de lugar de enterramiento al dictador en la Catedral de la Almudena. Era de esperar.
El Valle de los Caídos representa la ignominia para las personas que murieron luchando contra el fascismo o fueron asesinadas durante la guerra y la dictadura. Una guerra que tuvo consecuencias terribles para la población civil. Más de 500.000 muertes entre víctimas civiles y combatientes, 450.000 personas obligadas a exiliarse, y miles de ellas fueron deportadas a campos de concentración y de exterminio bajo el dominio de la Alemania nazi, cientos de miles de represaliados/as durante el franquismo (España es, ACTUALMENTE; el segundo país del mundo con mayor número de desapariciones forzadas), mujeres rapadas y violadas, dejadas sin posibilidad de subsistencia, miles de bebes robados a sus madres, práctica que continuó bien entrada la democracia y tantas otras formas de humillación y destrucción de los vencidos.
Todas esas víctimas, mujeres, hombres, niñas y niños, tienen nombres y apellidos y merecen ser recordadas. Sus familias merecen ser escuchadas y disponer de un lugar digno donde llorar a sus familiares. Y sus verdugos han de ser juzgados y condenados al lugar de la historia que se merecen y fuera de un lugar donde se exaltan su memoria y sus crímenes.
Por todo ello, la Confederación Nacional del Trabajo exige :
-La retirada de los cuerpos de José Antonio Primo de Rivera y de Francisco Franco Bahamonde.
-La expulsión, previa auditoria de cuentas y bienes, de los monjes benedictinos. Y que el Estado deje de financiarlos, ni allí ni en otro lugar.
-La transformación del Valle en un lugar de memoria y recuerdo a las víctimas del franquismo, donde desparezca toda simbología franquista, y sobre todo, la cruz.
-Recuperar el verdadero término por el cual se conoce este entorno natural, “Cuelgamuros”.
-Una condena pública y con consecuencias por parte del Estado español y todas las instituciones y organizaciones que son parte del mismo del golpe de estado de 1936 y del régimen franquista.
-La entrega al Estado, y al pueblo en general, de la documentación sobre las personas enterradas en el Valle, actualmente en poder del abad del monasterio, que la trata como pertenencia personal e ideológica.
-Que se exhumen los restos de las víctimas que, incluso después de muertas, fueron tratadas como vencidas y enterradas con su verdugo.
-Que la exhumación se haga llevando a cabo pruebas de ADN para la posterior judicialización de los asesinatos.
-La derogación de la ley de amnistía de 1977.
-Que todo este proceso sea acompañado por personas de la ONU expertas en genocidio y desapariciones forzosas.
Tras más de cuarenta años de pretendida democracia y dejadez política, leyes por la memoria histórica hechas a medias y homenajes a franquistas permitidos y muchas veces fomentados por parte de las instituciones del Estado, es hora de trabajar todas las organizaciones conjuntamente con el fin de convertir el mausoleo franquista en un lugar de memoria de todas las víctimas del genocidio franquista.
La batalla de la memoria contra el olvido es fundamental entre todas las que se están librando en favor de los derechos y libertades. De nosotros/as depende que el franquismo gane o pierda esta batalla. Nuestros familiares, y para la CNT todos los compañeros y compañeras muertos y represaliados lo son, como defendimos ante la ONU, merecen y deben ser recordados. Rehabilitar nuestro pasado también es dignificar su lucha y la nuestra.
Seamos dignos herederos de sus ideas y de sus reivindicaciones, gritemos alto y claro: por más que 80 años hayan pasado desde el final de la guerra, ¡El fascismo No Pasará! ¡Nosotras/os Pasaremos!
Memoria, Dignidad y Lucha