Vivimos en una democracia cada vez menos democrática. El poder
ejecutivo legisla a razón de decretazos, el poder judicial impone más
pena al cantante que se expresa que al político que roba, las fuerzas
represoras golpean con fuerza ante cualquier intento de rebatir su
concepto de nación, la corrupción está ya implantada y los brazos de la
censura cada vez tienen las garras más largas. A la vez, los grandes
medios de comunicación aprovechan el desarrollo tecnológico para
pintarnos un mundo en ebullición, en continuo y rápido cambio, nos
recuerdan que debemos tener el último modelo de teléfono móvil para no
quedarnos aislados en esta sociedad.
Pero la realidad de la calle es bien distinta. Cada día es más
palpable la paradoja de “todo debe cambiar para que nada cambie”. Porque
los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres. Los
poderosos cada vez tienen más aferrado su poder y, como se demuestra en
cada una de sus crisis, no están dispuestos a ceder un ápice de sus
privilegios. Esa es su intención y eso nunca cambiará. La Historia nos
enseña que los avances en la calidad de vida de la ciudadanía se han
conseguido reivindicando, exigiendo los derechos que nos corresponden.
Eso es lo que CNT lleva haciendo más de cien años y continuará
haciéndolo, avanzando por la Justicia Social.
Por otro lado, en el sindicato sabemos que también existe otra
realidad de la que se habla menos de lo que se debería: la del mundo
laboral. La de las personas en paro –tres millones setecientos mil–, las
contratadas temporalmente –una de cada cuatro–, las cedidas por ETTs
–medio millón–, las deslocalizadas, las que trabajan en precario, las
–cada vez más– víctimas de accidentes laborales,… Y, para acabar, el
futuro de las pensiones cada vez menos seguro.
Y lo sabemos porque CNT está en los tajos, en la calle, en las casas
de las personas que tenemos que agudizar el ingenio para llegar a fin de
mes. Esa es la razón por la que seguimos y seguiremos siempre fieles a
nuestras ideas. Seguimos haciendo anarcosindicalismo y seguimos
demostrando que es un medio real y eficaz para conseguir la dignidad que
merecemos en nuestro trabajo. Seguimos avanzando por la Justicia Laboral.
Especialmente sangrante es la situación en la que nos encontramos las
mujeres en este mundo autoritario, tanto en lo social como en lo
laboral. Crecemos soportando unas enseñanzas estereotipadas en las que
debemos asumir unos roles establecidos según nuestro género, suponiendo
que somos el sexo débil. Muchas mujeres debemos renunciar al mundo
laboral para encargarnos del hogar y los cuidados, simplemente porque la
tradición lo ha establecido así, existiendo todavía un gran
desequilibrio a la hora de asumir esas tareas. Pero hoy día la gran
mayoría estamos además obligadas a trabajar para poder sostener a la
familia, en un mundo laboral que continúa siendo machista, en el que
nuestro sueldo es menor, sufrimos acoso, mayor temporalidad y más paro.
Ante todos estos atropellos a la igualdad, desde CNT queremos ser
nosotras, las obreras, las que alcemos la voz; todas y todos juntos ejerciendo la solidaridad entre las personas.
Por todo eso, CNT mantiene y mantendrá su lucha para la consecución
de un mundo más justo, con nuestras ideas cada día más vigentes y cada
día con más fuerza. Por eso, os invitamos a salir a la calle este
Primero de Mayo a reivindicar que otro mundo es necesario y es posible. Y
no sólo este día, sino los 365 días del año, demostrando que las
personas, unidas, avanzamos por la Justicia Social y Laboral.