Nos enfrentamos a una de las mayores
ofensivas contra los derechos y las condiciones de vida de la clase
trabajadora. Nos han instalado, desde hace años, en una situación de
crisis permanente que sirve de justificación para todo tipo de
agresiones y recortes de derechos.
El paro ha crecido hasta los 6 millones
de trabajadores y trabajadoras, y sigue sumando, a resultas de las
decididas políticas de destrucción de empleo impulsadas por el gobierno
al dictado de la patronal y de las instituciones financieras
internacionales, y funciona como coacción permanente para facilitar que
los trabajadores se plieguen a los recortes de salarios y derechos
impuestos por la patronal.
Una deuda ilegítima, que no hemos
contraido, es agitada por las instituciones europeas y los gobiernos
para justificar los recortes y el desmontaje de los servicios públicos
más básicos, y se constituye en mecanismo de chantaje permanente contra
los sectores más débiles de la sociedad.
El sistema político y económico que nos ha
dominado durante los últimos 30 años, hace aguas y está en bancarrota,
evidenciando de forma cada vez más cotidiana su feroz carácter de clase,
y el conflicto entre unas políticas cada vez más agresivas contra los
sectores populares, practicadas de forma muy similar por las distintas
opciones políticas cuando alcanzan el gobierno, y el discurso
“democrático” que sirve para justificarlas.
La corrupción, que forma parte intrínseca
de este sistema, se extiende por las principales instituciones y se hace
más evidente ante la dificultad de continuar las dinámicas
especulativas que durante años han engrasado el sistema y contentado a
los distintos grupos de poder, ante la incapacidad de generar nuevas
burbujas especulativas que agitar como zanahoria ante la clase
trabajadora para que continuemos sosteniendo el sistema.
Desde el gobierno se pretende que este
negro panorama instale en los sectores populares la deseperación, el
miedo y la parálisis, los mejores aliados del poder.
Por contra desde CNT, en este primero de
mayo, decimos que es hora de decir basta y de luchar, pero no podemos
hacerlo desde el entramado sindical institucionalizado, imperante
durante todos estos años, cómplice dutante años de las políticas que
nos han llevado a la actual situación, firmante de sucesivos pactos para
recortar nuestros derechos e instalado en la concertación y la cesión
permanete, incapaz de enfrentar de forma contundente, sostenida y
coordinada o siquiera honesta, los ataques más graves que, como
trabajadores, estamos sufriendo, atascado en su dependencia del poder.
Por eso, este primero de mayo, símbolo de
la dureza de los ataques que los trabajadores hemos sufrido a lo largo
de la historia, pero también de nuestra resistencia y de nuestra lucha
por nuestra emancipación, de nuestra capacidad de organizarnos y de
transformar esta sociedad, llamamos, desde la CNT, a reforzar las
resistencias contra estas políticas, a afirmar la necesidad de
organizarse de otra manera, y a construir desde la unidad de los
trabajadores, herramientas de lucha y un movimiento obrero fuerte,
eficaz y contundente en la defensa de los derechos de las clases
trabajadoras..
Un primero de mayo de 2013 en el que
avancemos para romper con unas reglas del juego que no son las nuestras,
cambiemos el tablero y construyamos desde ya la alternativa, desde la
acción directa, la solidaridad, el apoyo mutuo, la autogestión, desde la
autonomía radical frente al gobierno y la patronal.
Este primero de mayo de 2013, la lucha continúa.
Secretariado Permanente del Comité Confederal