80 ANIVERSARIO DEL PERIÓDICO CNT
En el 80 aniversario de la masacre, recordamos aquellos hechos a
través de los archivos del periódico, el primero en informar de los
asesinatos en aquel invierno de 1933 en la localidad gaditana.
I. Nistal | Periódico CNT
Mucho se ha escrito
acerca de aquellos fatídicos días de enero de 1933 en la localidad gaditana. En
esta ocasión lo hacemos a través de los archivos del periódico, uno de los
primeros en acudir al lugar de los hechos, arrojando luz ante los intentos del
Gobierno de minimizar lo ocurrido, lo que a la postre sería su condena
electoral.
Aunque la tragedia
comenzó el 10 de enero, no fue hasta el día 12 cuando el periódico comenzó a
disponer de las primeras informaciones de lo ocurrido. En una breve nota se
informa del enfrentamiento entre los “revoltosos” y las autoridades, así como
del cercamiento de la casa de Seisdedos. Sería al día siguiente cuando la
noticia acapararía la portada con el siguiente titular: “Comienza la represión
con los sucesos de Casas Viejas. Diez y nueve muertos y cincuenta heridos”. En
la noticia se destaca la desigual batalla “granadas de mano y ametralladoras
contra escopetas de caza y hoces” así como la fuerte resistencia mostrada por
los compañeros durante varias horas hasta que las fuerzas gubernamentales
controlaron la situación.
Corresponsales
y articulistas
No cabe duda de que el
periódico se prodigó durante aquellas fechas en dar buena cuenta de aquellos
sucesos que el Gobierno intentó ocultar, con artículos y firmas diarias hasta
bien entrado el mes de marzo de aquel mismo año. En ellas podemos encontrar
información detallada de lo ocurrido, comunicados de repulsa, la solidaridad con
los afectados, las maniobras de los políticos, las polémicas declaraciones de
Azaña y las investigaciones oficiales al respecto, o la situación de los presos
y presas, como el caso de María Cruz Silva, “La Libertaria”.
Ante la imposibilidad
de que el director del periódico Avelino González Mallada acudiera al lugar de
los hechos, detenido por tal cuestión, se consiguió que el compañero Carrero
desempeñara la labor, siendo uno de los primeros corresponsales junto a Miguel
Pérez Cordón (por CNT), junto a
Eduardo de Guzmán (por La Tierra) y
Ramón J. Sender (por La Libertad), recogiendo todos los
reportajes en su flamante libro “Viaja a la aldea del crimen”, lo mismo que
haría el militante cenetista Vicente Ballester con el libro “Han pasado los
bárbaros. La verdad sobre Casas Viejas”.
A su vez, algunos de
los mejores redactores como Mauro Bajatierra con “Un juego peligroso”, Melchor
Rodríguez (El Ángel Rojo) con “Preparando un nuevo Casas Viejas”, Juan García
Oliver, con “Yo, Azaña y los guardias de asalto”, o David Antona con “Casas
Viejas será el patíbulo de la República”, tratarían lo ocurrido con sus
incisivas plumas.
El propio Avelino G.
Mallada haría posteriormente una gira por Andalucía, realizando una serie de
reportajes analizando lo ocurrido en Casas Viejas. En uno de esos artículos el
director del CNT expresó lo
siguiente: “Casas Viejas matará la república porque ésta no se ha desprendido
del lodo sangriento de la monarquía”, una frase que a la postre se reflejaría
en la caída del Gobierno de Azaña.
Una
historia de amor
Pero no solo hubo
violencia y asesinatos, también se forjó un bonito romance entre María Silva y
Miguel Pérez. Ocurrió durante la estancia de María en la cárcel, siendo
visitada en varias ocasiones por Miguel (ya se conocían anteriormente)
preocupado por su situación. Fue en aquellos momentos en los que surgió el
amor. Una vez excarcelada vivieron en unión libre y marchan a Madrid para que
Miguel se incorpore a la redacción del CNT,
pero este es suspendido de forma indefinida y al cabo de un tiempo regresan a
su tierra. Posteriormente María queda embarazada y da a luz en 1935 a su hijo
Sidonio (oficialmente Juan, recientemente fallecido sin llegar a conocer el
paradero de los restos de su madre). Al comienzo de la guerra es detenida y
fusilada, mientras que el mismo destino depararía a Miguel al final de la
misma. Para más información podéis consultar el libro del historiador José Luis
Gutiérrez Molina, “Casas Viejas. Del crimen a la esperanza” (Ed. Almuzara, 2008).
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