Desde la CNT, ante las manifestaciones convocadas por CCOO y
UGT para exigir “más diálogo social” de cara a reflotar un sistema de
pensiones que va camino de quebrar en 2017, queremos plantear lo
siguiente:
En primer lugar, recordar que la llamada “hucha de las pensiones” es
un fondo que recibe aportaciones de las rentas del trabajo, es decir que
se nutre exclusivamente de lo que la clase trabajadora genera. Sin
embargo, los últimos gobiernos han recurrido a ese dinero, (pagado por
nosotros/as y destinado a cubrir nuestros derechos) para tapar agujeros
completamente ajenos al ámbito de las pensiones y prestaciones sociales,
es decir, han saqueado literalmente un fondo que pertenecía a
la clase trabajadora, para cubrir gastos que deberían haberse financiado
por otros medios. Este robo a las y los trabajadores, como
tantas otras agresiones, se enmarca en el contexto de los constantes
ataques que desde el mundo político y patronal se han venido realizando
contra quienes trabajamos para ganarnos la vida (recortes varios,
rescates a la banca, los miles de millones que año tras año se van por
el sumidero de la corrupción política, empresarial y sindical,
etcétera). Es evidente por lo tanto que el de las pensiones es un motivo más para organizarse y luchar, en la medida en que es un derecho conquistado por la clase obrera que nadie tiene derecho a liquidar como se está haciendo.
Pero no de la mano de CCOO y UGT. No de la mano de los sindicatos de las tarjetas black y los EREs de Andalucía,
no de la mano de unas organizaciones que llevan a sus espaldas una
lista tan larga de traiciones a los trabajadores/as que harían falta
varios folios para enumerarlas todas. Llegados a este punto, de entre
todas esas traiciones es importante recordar que, precisamente en el
ámbito de las pensiones, fueron estos “sindicatos” quienes
corrieron a firmar en 2011 un pacto social con CEOE, CEPYME y Gobierno
(el ASE) que supuso el primer gran hachazo contra las pensiones al
retrasar la edad de jubilación a los 67 años, y al elevar el tiempo
cotizado necesario para cobrar la pensión completa hasta los 37 años, todo ello en un Estado español con un paro galopante en el que encontrar trabajo sigue siendo una odisea.
¿Alguien con una mínima noción acerca de la dignidad puede imaginar a
una persona de 67 años subida en un andamio, fregando suelos, sirviendo
mesas en un establecimiento o yendo a turnos en una cadena de montaje?
Nosotros desde luego no, y es que sólo unas organizaciones que han
creado una casta aparte de liberados/as sindicales tan alejados del
mundo del trabajo que ya ni recuerdan qué es eso de ir a trabajar
podrían tener la poca vergüenza de firmar un abuso como ese y luego,
como si aquí no hubiera pasado nada, salir a la calle pretendiendo tener
la legitimidad de quien es honesto y lucha.
No podemos dejar de decir, por lo tanto, que estas dos organizaciones no tienen a estas alturas ninguna legitimidad para hablar de luchar en defensa de las pensiones ni ningún otro derecho de los trabajadores/as, no después de llevar décadas vendiendo sin ningún rubor los pocos derechos que tiene la clase obrera, razón por la cual denunciamos públicamente que estas movilizaciones son una operación (una más) de lavado de cara, que muy probablemente vendrá seguida de una nueva venta de nuestros derechos.
En resumen, las dos organizaciones que ahora llaman a la movilización
son las mismas que en 2011 arruinaron la vida de centenares de miles de
trabajadores y trabajadoras, especialmente de los y las trabajadoras
jóvenes, aquellos que dada la precariedad actual suelen trabajar a
jornada parcial con contratos temporales, y para los que en consecuencia
llegar a 37 años cotizados a lo largo de su vida laboral es
sencillamente un sueño inalcanzable. CCOO y UGT, con la firma
infame de aquel acuerdo en 2011, sencillamente le negaron el acceso a
una jubilación mínimamente digna a varias generaciones, y por eso, porque las pensiones son para nosotros/as una cosa muy seria, desde
la CNT seguiremos luchando en los centros de trabajo y en la calle, día
tras día, pero jamás de la mano ni a la cola de sindicatos corruptos ni de quienes han vendido y liquidado al movimiento obrero casi en su totalidad.
Por último, no queremos dejar de recordar que hay una manera
bien sencilla de reflotar las pensiones, frenar los recortes en general y
mantener unos mínimos de dignidad para toda la clase trabajadora:
obligar a la banca a devolver los miles de millones de euros que se han
perdido en rescates, cortar de raíz las subvenciones a partidos
políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, así como las
exenciones fiscales a la Iglesia, suprimir el gasto militar y poner fin a
fenómenos de delincuencia social como el de las SICAV (por las que las
grandes fortunas apenas pagan impuestos), entre otras cosas,
garantizarían que no hubiera ningún gasto social desatendido.
QUE NO NOS ENGAÑEN, LAS PENSIONES NO SE DEFIENDEN CON LOS SINDICATOS QUE NOS VENDEN UNA Y OTRA VEZ
POR UN SINDICALISMO DE RUPTURA, ORGANÍZATE Y LUCHA EN LA CNT