Llevamos años viendo cómo, mientras el paro y la pobreza no dejan de
crecer, los distintos gobiernos sirven a las élites financieras y
patronales, a cuyo beneficio han destinado miles de millones de euros,
obtenidos de desmontar servicios y prestaciones públicas ya de por sí
muy precarios, en una gigantesca operación de socialización de las
pérdidas y privatización de los beneficios. En resumen, nos agreden con
una política económica y social cada vez más represiva e injusta.
Es hora de decir basta. Es hora de dar una respuesta contundente, una
respuesta que para la CNT sólo puede venir de la movilización, en la
calle, en los centros de trabajo, en los barrios; desde la confrontación
con el poder y desde abajo, apostando por la auto-organización de los
trabajadores y trabajadoras.
Las Marchas de la Dignidad deben ser un paso más, lo más masivo y
contundente que seamos capaces de construir, un paso al que será
necesario dar continuidad y donde los movimientos sociales y el
sindicalismo más combativo deben tomar el protagonismo, avanzando hacia
la convocatoria de un huelga general con capacidad real de revertir en
favor de la clase trabajadora las políticas que estamos sufriendo.
La CNT estará presente en esta movilización. Estamos seguros de que
entre todos seremos capaces de enviar un claro mensaje a los poderes
económicos y políticos, así como a las cúpulas de los sindicatos
oficiales. Este mensaje es que la paz social se ha acabado y que el
expolio de derechos y libertades a los trabajadores no les saldrá
gratis. La lucha está en la calle y se extiende. Esperamos que este día
sirva para que la sociedad despierte, se sume a la protesta y se
organice.
Dicho esto, desde la CNT queremos exponer claramente que no
compartimos ni apoyamos el claro carácter electoralista y de apoyo a la
vía política que algunos actores del 22M pretenden ofrecer a la clase
trabajadora como vía de solución a sus problemas. Rechazamos que se
pretendan aprovechar las energías y esperanzas de cambio y redirigir la
lucha de las personas al callejón sin salida del voto.
Ni la dignidad ni la libertad serán negociadas por ningún nuevo líder
surgido de las urnas del sistema. Debemos ser nosotras y nosotros sin
delegar en nadie quienes acabemos conquistando nuevos y mayores
derechos. Y para hacerlo no podemos apostar de nuevo por los medios del
poder establecido, porque seremos traicionados como ha ocurrido
históricamente. Sólo será posible emprender el camino de la dignidad
cuando el poder resida en las asambleas, alejadas del modelo político y
sindical jerárquico, de elecciones y parlamentos, de liberados y
comités.
Esta senda nos ha dejado meridianamente claro que el capitalismo no
admite más capas de maquillaje ni reformas y que su desaparición
constituye el único escenario razonable. Debemos luchar por una
revolución social que sea capaz de transformar desde los cimientos esta
sociedad basada en la desigualdad, la única forma de reconquistar
nuestra dignidad.
Nos vemos en la calle el día 22, pero la lucha debe continuar. Del
22M, al Primero de Mayo, a la huelga general. Impulsemos un sindicalismo
basado en la acción directa, el federalismo, la solidaridad y la
autogestión, una herramienta capaz de plantar cara al capitalismo hasta
la transformación de la sociedad: el anarcosindicalismo. La CNT puede
ser tu herramienta de lucha.
La lucha está en la calle, ¡el 22M todos y todas a Madrid!
¡Dignidad, rebeldía y revolución social!
Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT-AIT