A favor de los derechos, en contra de la explotación
8 de Julio, esta fecha no debería
pasar desapercibida a ningún/a trabajador/a, ya que marca un antes
y un después para nuestros derechos laborales y nuestras condiciones
de vida. Dicho de otra manera, el poder económico -patronales- y el
poder político -gobiernos y partidos- han asestado otro duro golpe a
la clase obrera: los convenios colectivos comenzarán a ser historia,
sobre todo los provinciales. Su implantación y duración tienen
fecha de caducidad.
Si ya las últimas reformas laborales -PSOE, PP-
les vaciaban de contenido, a partir de este 8 de Julio de 2013 los
empresarios podrán dejar sin convenio a todos aquellos sectores
económicos que consideren oportuno, así como obligar a los
trabajadores a basar su relación laboral en función de un convenio
de ámbito superior (autonómico o estatal) o del Estatuto de los
Trabajadores, en caso de no existir convenio superior. Cuanto
más arriba el marco legal de la actividad económica de la empresa y
más lejos de nuestro puesto de trabajo, menos derechos y salario
para nosotros y más beneficios para los empresarios.
Los sindicatos mayoritarios e
institucionales han sacado su discurso, un discurso a medias tintas
por no decir complaciente, el discurso del mal menor. Nos dicen que
están negociando, que habrá acuerdo o que se acudirá al arbitraje
y a los tribunales. Es su manera de lavarse la cara y evitar parecer
responsables, a la vez que sofocan y controlan cualquier tipo de
respuesta por parte de los trabajadores ante esta agresión. ¿Que
han hecho para denunciar esta agresión antes de ser implantada?
Lo cierto es que los trabajadores cada
vez estamos más indefensos y cada vez somos más vulnerables ante el
abuso empresarial y las casi divinas leyes del mercado.
Esto es un encierro, 8 de Julio San
Fermín, pero durará más que unos pocos minutos durante 7 días.
Será todos los días durante muchos años para nosotros y nuestros
hijos, y las cornadas, que serán dolorosas, no vendrán de animales
con cuatro patas aunque sí con cornamenta... He aquí la cuestión,
los trabajadores ¿echaremos a correr sin rumbo y con miedo, o
cogeremos al toro por los cuernos organizándonos y plantándoles
cara?
Esta nueva situación nos recuerda a un
escenario social anterior al de los aclamados Pactos de la Moncloa.
Hasta aquel momento los trabajadores buscábamos la negociación
directa con cada empresa para fijar las condiciones de nuestro
trabajo en función de dos parámetros simples y reales: el trabajo
realizado y el beneficio que se obtenía con éste. Se pretendía
fijar el salario y las mejoras de las condiciones de trabajo en cada
centro y en base a estos dos simples criterios. Hace más de tres
décadas los trabajadores estábamos concienciados y organizados,
exigíamos derechos, mejoras salariales y aspirábamos a cambiar las
cosas. Para contener y debilitar al movimiento obrero orquestaron
estos Pactos de la Moncloa, a los cuales se sumaron todos aquellos
que decían defender a los trabajadores, cuando sólo querían
sentarse a la mesa del amo para obtener privilegios económicos y
políticos. Consecuencia de aquella concertación fue la prórroga de
las elecciones sindicales franquistas y la imposición de los
convenios colectivos, la obligatoriedad de fijar los salarios en base
al IPC..., hoy nos dicen que todo esto ya no es necesario y tienen
razón. Ya no necesitan contener ni las reivindicaciones ni el
movimiento obrero y les estorban los marcos legales para poder
imponer libremente las condiciones de nuestra explotación.
Ante las agresiones, no te resignes. Organízate y lucha.
Secretariado Permanente del Comité
Confederal de la CNT