Manifiesto de CNT para la celebración de 2025 en Villalar, Valladolid, Castilla
«Un fruto es la culminación de la vida como la guerra lo es del egoísmo”.
Surcar la memoria
Villalar es parte de
nuestra memoria, Villalar es parte de ese hilo rebelde que dejamos atrás
y va tejiendo las experiencias en las que encontramos buena parte de
las respuestas para afrontar los problemas y conflictos que nos acucian
en el momento actual. A pesar de la distancia en el tiempo los
paralelismos establecen, que las formas de poder autoritarias se repiten
cíclicamente.
En un pasado no tan
lejano, la clase trabajadora opuso de una manera brillante su capacidad
de organización enfrentándose a la escalada bélica capitalista; usando
la huelga general (incluso en el frente de batalla) y el sabotaje como
herramienta de movilización y resistencia y, por supuesto, la capacidad
productiva puesta al servicio del bien común por encima de cualquier
iniciativa privativa o estatista. Nos hace falta surcar la memoria
de la clase trabajadora, sus victorias, aprender de los hechos,
comprender sus anhelos, recuperar la conciencia colectiva y devolver con
ello la iniciativa a la decisión asamblearia.
Reescribir la historia
es una constante por parte de quienes niegan la capacidad de la clase
trabajadora de gestionar de una manera equitativa los recursos que
disponemos. Reescriben la historia porque la temen aquellos que fabrican
el engaño y el armazón que da cobertura a la represión del estado. El
disfraz o el color no ocultan sin embargo, que todo sindicalismo de ruptura es perseguido, que todo antifascismo es maniatado.
Proteger la tierra
No es distinto el
sistema económico neoliberal que somete de una forma u otra a todos los
pueblos del mundo, sino el distinto grado de violencia e intensidad en
la escala bélica que propugna en cada uno de los territorios según
necesidad.
Aquí, en Castilla y en
León, la apisonadora privada avalada por un armazón legal y monetario
público tiene una careta amable y, aun así, sus políticas van directas a
expoliar la propiedad de la tierra a sus legítimos dueños para extraer
materias primas a cualquier coste, anulando la capacidad de oposición de
las comunidades rurales que aún perviven y doblegando o comprando la
voluntad a quienes pretenden alzar la voz contra el actual orden social
en esta tierra.
Esta paz social es en
realidad parte de una guerra global, frena cualquier atisbo de
transformación, rima con despoblación, abandono, extractivismo,
explotación laboral, carestía de vida, discriminación…
Si aceptamos como normalidad esta guerra global estaremos
sustentando y aceptando fronteras políticas y morales de base violenta y
supremacista, genocidios silenciados, escalada bélica, desplazamientos,
migraciones forzadas, militarismo, racismo, machismo, fanatismo
religioso… Esto significa aceptar el miedo y la sumisión como forma
de vida o lo que es lo mismo, abrazar sin protesta el fascismo del siglo
XXI.
Defender nuestros derechos
Estamos decididas a defender el derecho a la salud
impidiendo la proliferación en nuestros pueblos de proyectos agresivos
hacia el medio ambiente que enriquecen a una minoría oculta en fondos de
inversión opacos.
Estamos decididas a defender nuestros barrios
de los fondos buitre, de las casas de apuestas o de aquellos que
convierten nuestras comunidades humanas en productos de consumo e
impiden el acceso digno a los derechos básicos como la vivienda, la
educación o la sanidad.
Estamos decididas a defender nuestros derechos
en todos y cada uno de los puestos de trabajo amenazados por la
acumulación de riqueza, por la tecnología al servicio del capital y por
la guerra comercial sin tregua que niega la decisión horizontal y toda
soberanía popular.
Estamos decididas a
amparar la cultura, las lenguas vernáculas y las expresiones y proyectos
creativos que nacen del propio pueblo y que son en sí mismos una
liberación contra la verticalidad, la imposición o el fanatismo
nacionalista excluyente.
Propugnamos un territorio libre y abierto a cualquier persona sea cual sea su origen o lugar de nacimiento.
Propugnamos una organización social participativa y plural, horizontal,
transfeminista e independiente, construida entre iguales y lejos de la
tutela del estado o de la patronal.
Villalar 2025.
Surcar la memoria – proteger la tierra – defender nuestros derechos.